domingo, 31 de enero de 2010


A orillas de tu cama, a orillas de tu instinto,
al borde de lo inimaginable...
contemplas la luna tras los cristales,
tu mente dirige un disparo al vacío...
un estruendo en mi piel y aparezco ahí...
a orillas del deseo.

Cubierto el fruto de mi apetito
con los ropajes de cama;
escondido el morbo en tu sonrisa,
dibujando neblina rosa tus ojos...
reflejada así en mis ojos te contemplo;
un estruendo en mi piel
y mis manos respirando en tu cama.

Caen mis labios al abismo
llegan a su primer destino dorado
se pasean por tu amplia frente
resbalan por tu faz de encanto
conquistan tus mejillas inquietas;
un estruendo en mi piel
y la dueño de tus labios soy.

La noche a media luna
un suspiro indiscreto muere
tras otro mis besos cerraron tus ojos
y canta la agonía de tu desnudo cuerpo...
mis ojos deleitan mi fantasía;
un estruendo en mi piel
y mi cuerpo susurrándote desenfreno.

Particular el calor que invade mis labios
pausa de mis sentidos encandilados
furor de mis ávidas manos;
subo y bajo por aquellas figuras...
un estruendo más en mi piel
y un beso que cae indicando
el camino en descenso.

Avanzo con decisión trascendente
diviso un valle de fuego encendido
mis manos abriendo camino al furor
un estruendo en tu piel delicada
y un susurro devorado
por la noche extasiada.

Un ramillete de suspiros
y delirio tus manos escalan
por mis piernas ahora navegan presurosas
al puerto y al faro dibujan compulsivas
el sabor de sus anclas
desgarran sin piedad la delicia del placer...
un estruendo que desbarata
tu cama y tus manos
recorriendo mi sexo despierto.

Carrusel de caricias mi alma
estremecen regalan tus manos
fantasías carnales gemidos candentes
murmura mi todo cálida y tibia la humedad
de tus labios y tu lengua deslizándose
por mis bordes ardientes...
un estruendo ilumina la habitación.

Elevadas las ganas de morir
en un solo ser los cuerpos
desnudos funden su sentir
nuestro cubil desprende aroma
a deseo aquella silleta ansiosa
me permite el asiento acompañas
mi posición y te acoplas frente a mí...
un estruendo más regalan tus ojos
al mirar los míos
y en movimientos de cadera
el cielo bajas para mí.

El enfoque de tu cuerpo
en mi mente seguirá grabado
como tu querer en mi corazón;
veo tu cabello,
tu cuello, tu espalda...
una postura canina que me enciende
más aún mis movimientos son aullidos
de la noche ahora...
un estruendo más elevado,
más inspirado y mil gotas de sudor
responden al placer.

Tu mirada, cándida águila,
persigue la mía y empuja mi naturaleza
sobre aquella quejosa cama;
tu sonrisa pícara sobre mi vista perdida
y sentada en tu cintura juego a darle al blanco...
un estruendo pasará por nosotros
cuando aciertes
creímos un estruendo...
un estruendo fue poco.

Parece de pronto que el tiempo
se ha esfumado cuánto habrá tardado
mi boca en alcanzar la tuya;
pecho con pecho sigue penetrando
en mi vida tu respiración ceñida,
presurosa, quejumbrosa
copia la prisa de nuestros movimientos...
el estruendo final...
nuestros cuerpos son sólo placer
y la mitad de mi vida
viajando a tu cuerpo.

La desfigurada cama
nos permite el descanso
mi carita pegada a mi pecho
acompaña un suspiro
no hay fuerza creada que pueda separarnos ahora
“Te Amo”...
frase tímida y complacida
regalamos han pasado cinco respiros...
un gesto de unión total...
mi pierna, tímida aún,
pasa por entre las tuyas
y llegamos a orillas de tu cama...
otra... y otra vez más.

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